El domingo 19 de mayo de 2002 Sportivo Ben Hur conseguía uno de sus logros históricos a nivel deportivo. El equipo que por aquel entonces dirigía Guillermo Narvarte, se consagraba campeón del Torneo Nacional de Ascenso y ascendía a la Liga Nacional de Básquetbol.
Fue un indiscutido ganador, que marcó un claro dominio en la etapa resolutiva de un duro certamen, pero donde muchas instituciones sintieron la fuerte crisis económica del país y resintieron en parte sus estructuras, fundamentalmente por la ida del extranjero. En ese entonces, Ben Hur pudo retener a Damian Cantrell, que fue determinante para el título y aún sin haber jugado luego en la elite, es recordado como uno de los foráneos más completos que pasaron por el Club. La campaña entregó 27 victorias y 7 derrotas, pero en play offs hubo un solo traspié, ante Conarpesa de Puerto Madryn en cuartos de final. Esa serie se ganó 3-1, luego en semifinales a La Unión de Colón 3-0 y en la final a Ciclista Juninense también fue barrida 3-0 con resultados bastante amplios para una serie decisiva: 94-70 y 96-87 en el viejo estadio "17 de Junio" y 101-90 en el "Coliseo del Boulevard" de Junín.
Fernando Posetto (capitán) y Raymundo Legaria fueron los bases; el recordado Alejandro Coronel y Danilo Delset los escoltas; Edgardo Agudo el alero; Walter Storani, Damian Cantrell y Lucas Martina los internos. De vez en cuando tenían participación los juveniles Fabián Elías Saad, Sebastián Cagliero y Andrés Faez.
La consagración fue en Junín, sin hinchas del equipo rafaelino por motivos de seguridad, con un festejo íntimo en el vestuario junto a los dirigentes, cuerpo técnico y allegados. En Rafaela, el reducto enclavado en la sede de calle Saavedra estuvo colmado para seguir por pantalla gigante las alternativas del partido y luego festejar. Al día siguiente, una interminable caravana de vehículos recibió y acompañó al equipo hasta el "17 de Junio", recibiendo el afecto de la gente al costado del camino, a la altura de las grandes gestas deportivas de la ciudad.
"Este equipo estuvo cerca o alcanzó la excelencia", reconocía aquella jornada Guillermo Narvarte, que en su cuarta temporada en el Club alcanzaba el ansiado ascenso. Luego tendría otras dos en la elite, para luego dar paso a la otra época dorada con Julio Lamas, que le permitió ganar la Liga Nacional y la Sudamericana en el Coliseo del Sur, estrenado en setiembre de 2002. Hoy, sin basquet profesional en el Club pero con la sana intención de quienes pretenden darle la trascendencia que merece con un loable espíritu amateur, mientras la entidad trata de reponerse de su peor crisis, ese recuerdo del 19 de mayo de 2002 parece un tanto lejano pero no deja de ser uno de los momentos de gloria más recordados en el deporte local.
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